Writing cure: julio 2013

miércoles, 31 de julio de 2013

Sé una serpiente y una serpiente te encontrarás

La piscina era la crême de la crême de la casa. La familia era formada por un matrimonio y se habían comprado el palacete en época de bonanza económica, esa en que la gente cree que es rica cuando no lo es.

El jefe de familia, por tal de ganar influencia social, quiso mostrar siempre un gran poder económico, siendo un simple empleado sin estudios. Así entonces y, dominado por la envidia y el rencor, quiso fijarse en un simple enemigo al cual tirarle todos los dardos. Su arte innato por hablar mal de la gente ante vecinos y ciudadanos del mismo pueblo le facilitaría el trabajo. Además, su mujer poseía aún más esa habilidad y los dos hicieron un pacto (así arreglaron la estabilidad de su matrimonio), en el cual se comprometían ambos en dar mala publicidad de la familia vecina por tal de potenciar su poder relativo y, por lo tanto, ser felices. 

Las críticas a la familia fueron masivas en un lapso de tiempo de unos siete años. Los niños de la familia eran pequeños pero crecieron, siendo conscientes de lo que hacían esos... seres. La chica, cuando volvía a casa acompañada de los amigos, notaba la mirada fija del señor y la señora, que se ocultaban tras la mosquitera del balcón. Al día siguiente, estos decían a unos señores del supermercado.

- La chica va con hombres. Debe ser prostituta porque en su casa son pobres y necesitan dinero. 

A lo que una abuelita cotilla respondió:

-¡Qué fuerte! Ya a esta edad, la niña es guarrilla...

A partir de ese momento la chica joven, con estudios y amiga de sus amigos fue señalada por muchas abuelitas y abuelitos que se sentaban, aburridos, en un parque a las cuatro de la tarde. 

La familia intentaba no romperse la cabeza con el problema, pero había veces que la situación era inaguantable y todos estaban irritables y con ganas de llorar. Menos uno de ellos. 

El tiempo iba pasando y la cosa seguía igual, incluso a veces era más grave. Llegaron a tal punto que tenían que hablar en inglés para que no entendiesen ni qué decían ni qué hacían.

Mientras tanto, la familia feliz seguía haciendo homenaje a su uso de la palabra e iban ganando adeptos, sobretodo porque invitaban a gente desconocida a su piscina, lo mejor que tenía la casa. Se potenciaron en las redes sociales y habían abierto un canal en directo sobre todo lo que hacían los vecinos, aumentando así la amargura de la familia y, relativamente, su propia felicidad y autorealización. 

- Hacemos un trabajo excelente - dijo el hombre, mientras besaba a su mujer en una de las hamacas del jardín.

La unión en esa hazaña había arreglado su matrimonio. Y brindaron por ello. 

La cosa no podía ir mejor. Pero es ley de Murphy que cuando las circunstancias son tan buenas, es que algo malo se avecina.

La mujer se quedó dormida en la hamaca cuando se despertó ante un ruido monstruoso. En su piscina había nacido una serpiente gigante de tres cabezas y el agua estaba teñida de rojo, con el cuerpo de su marido flotando en ella. 

La mujer llamó al teléfono de emergencias y la policía científica empezó a investigar todo lo sucedido, esencialmente la irrupción de ese monstruoso ser muy parecido al de Laoconte y sus hijos, una estatua griega helenística en que el hombre era cogido por una serpiente con sus hijos. 


Unos días después y aún con la investigación sin resultados, la mujer quiso preparar el funeral de su difunto marido. Consultó el dinero disponible y se horrorizó: las cuentas estaban totalmente vacías y tenía un montón de deudas pendientes, sobretodo por el consumo excesivo de agua de su piscina. En su correo, había una frase bíblica: busca y hallarás. 

Al cabo de unos meses, la hija de la familia vecina se marchaba a estudiar a Estados Unidos, acompañada de un buen botín. 


La noche fantástica

Unos amigos me dijeron que sería una noche fantástica, que habría arena, luces, palmeras y música, en un recinto cerrado. Era una velada que todo mundo aplaudía, incluso los vecinos más lejanos. Obligatoriamente, este evento debería de divertirnos, sentirnos sincronizados con la más gente y, sin duda, ser algo inolvidable. 

Sonaron las campanas de las doce y accedimos. No sabía a qué hora volvería, pero esperaba que esto pasase temprano. El ambiente era el prometido: palmeras, luces, arena esparcida en el suelo que se te colaba en las chanclas. Una auténtica transformación del local. La música sonaba por todo lo alto, cuyos vídeos se mostraban en una pantalla gigante. Las palmeras eran altas, bajas, de plástico pero muy parecidas a las reales. En un lado, un montón de tiendas de comida y bebidas en las cuales había largas colas. En el otro, carpas en las cuales había toallas y la gente se tumbaba en ellas. 

La música estaba alta, altísima; se podía escuchar seguramente por todas las partes del pueblo; me ensordecía. No me acababa de gustar. Cada canción era diferente pero más o menos era siempre la misma. Los mismos bajos, las mismas letras, las mismas temáticas, los mismos prototipos de figuras masculinas y femeninas que se mostraban en la pantalla, y que los visitantes intentaban imitar a más no poder con sus estéticas y sus extraños bailes. Todo parecía diferente y divertido, pero sin embargo era todo el rato lo mismo. Todos los puntos de luz, inconscientemente, rezumaban machismo, estereotipos irreales, publicidad, consumismo. 

Hubo un momento en el que me sentí completamente aislado entre multitudes de personas que se movían sin ningún fin, como títeres atraídos por las ondas de la música. Olor humano, contacto humano, pero hecho por personas que se guiaban como robots. El aire era asfixiante. Hacía calor y mis brazos quedaron humedecidos de un líquido desconocido por culpa de un vaso precipitado por accidente. No, no era el paraíso prometido anteriormente, para nada. Finalmente, como una hazaña, logré salir del recinto entre las infinitas masas de personas, dejando un tiempo perdido atrás.

Una vez en la calle, mientras caminaba pensaba en lo sucedido. Veía una humanidad engañada con el ocio, con la promesa de una falsa felicidad que, sinceramente, yo no comprendía y con la que no me sentía identificado. Pero, aún así, en la calle, la noche, las estrellas y la luna llena me sentía feliz. Feliz. 

domingo, 21 de julio de 2013

La niña llora.

La niña suelta un grito ahogado.
Nadie, nadie la escucha.
Pero ella no es muñeca de nadie,
y ella no lo sabe.

Dulce inocencia en que te has criado.
Desaparecerá cuando de tus ojos
te quites el venado.
Dulce inocencia que desaparecerá
cuando sepas con quién te has criado.

La madre le regalaba muñecas
con las que jugar las tristes tardes en soledad,
tardes en que vagaba
mientras que la niña su muñeca era.

Muñeca para sus sentimientos y sus ropas.
Vidas ideales que imaginó y que nunca tuvo,
y que la chica tendría sí o sí.

La niña llora porque no les gustan las ropas.
La mujer chilla, grita y escupe,
y la niña llora, llora.
El aire se lleva el llanto, pero su llanto aún es aire.

El padre lo ve pero no lo sabe.
La niña llora, llora.
No por capricho, sino porque siente.
La niña no será niña,
será bruja si así lo dicta el vientre.

La niña llora, llora.
Pero ya no lo será,
y gritará y cantará.
Y si canta y llora,
ya no será muñeca de nadie.


viernes, 19 de julio de 2013

Viajeros sin rumbo

Cuando se dan las circunstancias, a veces por el simple anhelo de querer salir a dar una vuelta o de andar, me adentro por las calles comerciales de Barcelona entre sus multitudes de gente, que aún son más cuando es temporada de rebajas. El olor a diferentes productos químicos (combustión de gasolina, el jabón del suelo de las calles) eclipsa la brisa marina que podría llegar desde el puerto. La poca naturaleza de la ciudad se rinde ante lo artificial, que a veces son sinónimos de progreso y de civilización.

Observo decenas de personas aglomeradas en escaleras mecánicas, que suben y bajan simultáneamente rumbo a la planta donde se encontrarán sus productos ideales, que les proporcionarán felicidad. Instantánea o simplemente momentánea. Los pasillos de las tiendas desprenden calor humano. Son personas sin destino concreto, pero que inconscientemente tienen uno mismo: comprar. Comprar es sinónimo de felicidad.

Los músicos de la calle y los grupos reivindicativos son ignorados o son compensados con alguna que otra moneda por parte de los más solidarios, mientras las personas en colectivo lo comentan en un tono despectivo en conversaciones privadas. Siempre cargadas de bolsas de la compra, arriba y abajo. Consumismo. Felicidad. Comprar. Pequeñas ovejas que salen a la vez de sus corrales para perseguir sus ideales publicitarios hacia un paraíso que no existe.

Mientras tanto, escucho un músico que con su teclado toca una canción. Nocturna número 2 de Chopin. Belleza para algunos, entretenimiento para una gran mayoría.


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jueves, 18 de julio de 2013

La vida es difícil. Y aceptar la realidad, aún más.

Querido amigo,

¿Cómo va la vida? Veo que ahora te estás convirtiendo en un adulto responsable, con buenas ideas y que quieres difundirlas por el mundo. Te estás haciendo mayor, definitivamente, y con mayores resultados que tus amigos. Sabes que el mundo es injusto y quieres cambiarlo. Es algo que muchos queremos hacer, sí. El camino es muy difícil: es largo, está lleno de piedras con las que tropezar, y aparecerán lobos que querrán comerte, Caperucita. Te encontrarás personas que no toleran verdades. Neuróticas. Inmersas en sus propios órdenes e inseguridades. Que buscan tener los oídos contentos. Aduladores. Personas que se tomarán cualquier cosa que no les guste como un ataque personal. Gente que prefiere una seguridad llena de prejuicios que una realidad.

Te harán la vida imposible por no afrontarse a la verdad, porque han sido educados en mentiras, han vivido en mentiras y viven en una mentira. Y el pánico al cambio los hace defender su orden a raja tabla. Así que protégete y camúflate entre ellos, si puedes, para conseguir algún efecto desde dentro. Princesas Disney, Supermans, series americanas, amistades idealizadas, romances idealizados. Estas son sus principales mentiras y su inseguridad proviene de ellas, porque son irreales. El peor error es no diferenciar la realidad de la ficción.

Así que, amigo, si quieres hacerlo bien, tápate y ocúltate. Y desde dentro, prepara una bomba de verdad, o petardos que harán explotar pequeñas mentiras con cuentagotas.

Un abrazo.

Sobre los peligros de la novela erótica

Como bien sabréis, ahora lo que está de moda en las ventas de libros es la novela erótica. Desde que apareció la trilogía de Cincuenta sombras de Grey, han surgido muchísimos libros similares que tratan la misma temática y, algunas veces, que tienen argumentos similares o personajes paralelos.

Pero al tanto, que esté de moda este género y aún más la aparición, como grandes estrellas, de prácticas como el sadomasoquismo o a la sumisión de la mujer, no quiere decir que esté bien. Han habido colectivos feministas que han denunciado este tipo de novelas y el trato al género femenino que se ofrece. Y, desde mi punto de vista, me parece muy paradójico que estos libros sean escritos por mujeres, y mayoritariamente escritos por mujeres.

Este tipo de libros ofrecen ideales amorosos, personajes arquetípicos y modelos de vida poco realistas y muchas veces inmorales; con lo cual una lectora con poca visión crítica (posiblemente así sean la gran mayoría de lectoras, porque se habrán guiado principalmente por la moda) puede inconscientemente adoptar esas costumbres, las cuales pueden haber estado expuestas en beneficio de alguien o de algo. Eso pasaba con las novelas de caballerías de los siglos XVI y XVII: modelos de vida idealizados, amores idealizados, personajes idealizados, parajes idealizados, castillos idealizados. Actualmente se sabe que estas novelas producen una disminución del trabajo intelectual similar a la de estar expuesto constantemente a los programas de telebasura.

La clave está en que las personas no sabemos leer y no sabemos seleccionar qué leer. A veces optamos por libros que no aportan nada y que simplemente entretienen, así entonces leer no sirve de nada. Basta con encender el televisor. Espero que algún día surja una novela como Don Quijote de la Mancha, que parodie todo este tipo de literatura basura y abra la mente al lector.

miércoles, 10 de julio de 2013

Sin castillos en el aire

Si yo no nací princesa
no me lo reproches ni una vez más
si yo no nací princesa
no debes quitarme la libertad.

No debes, que no, que no.
Si yo no he nacido princesa
yo no tengo culpa
yo no fui soñadora
que quiso de hija, una hermana.

Si yo no he nacido princesa
y tampoco quiero jugar en castillos,
ni jugar a ser reina,
ni llevar vestidos lujosos,
yo no tengo culpa.

Si yo no soy princesa
es porque yo lo deseo
y aunque me quites la libertad
no me quitarás ni el corazón,
ni la cabeza,
ni la voz.

Si yo no soy princesa
no es para despreciarte
es para que sepas
que yo soy yo, y que no me cambiarás.
Que no, que no.

Y ahora escribo estas letras
para cantar al mundo,
para explicar que no, que no,
que no me encerrarás en un castillo de lujo,
adulaciones, y fantasías.

Porque yo soy feliz en mi realidad.
Feliz. En la mía.
Sin castillos en el aire.


lunes, 8 de julio de 2013

Sobre el cerebro extremamente femenino y sus posibles intereses

Recientemente se ha descubierto que no es cierto que las mentes masculina y femenina sean exactamente iguales en el sentido de su funcionamiento, habilidades o capacidad de aprendizaje, y en la forma de actuar de cada uno de ellos. Según la neurociencia, ambas mentes son iguales pero su funcionamiento se distingue mediante los niveles de testosterona que las dominen, que son mucho mayores en hombres que en mujeres. El resultado es la existencia de un cerebro masculino, caracterizado por una mayor capacidad pragmática, de análisis y de niveles bajos de empatía; y un cerebro femenino, que tiene mayor habilidad en razonamiento abstracto, el uso del lenguaje y una mayor empatía y preocupación social.

Estas diferencias han llevado a conflictos entre hombres y mujeres que podrían haberse ahorrado concienciándose con el hecho que ambos sexos tenemos mentes diferentes y que cada uno de ellos merece una comprensión distinta para entenderse. Es evidente que en cada mente este estereotipo no se cumple con rigor, pero hay unos mínimos que se deben tener en cuenta para que los seres humanos nos entendamos.

Pero, ¿cuál es el problema ante la comprensión de estas diferencias? el primero sería la falsa creencia que ambos cerebros son completamente iguales, pero esto sólo se encuentra en la capacidad intelectual del cerebro y en un estado libre de hormonas. En segundo lugar, la posible instauración de un hombre perfecto para la mujer, excesivamente cariñoso y romántico, en los medios de comunicación de masas y en la producción cultural, así como en los cuentos infantiles. Y al revés, con la inclusión de un ideal femenino sexual falso y poco natural en la industria del sexo destinada a los hombres. El choque con la realidad causaría la frustración ambos sexos con el encuentro con alguien del sexo opuesto y causaría conflictos muy comunes hoy en día en parejas o en las relaciones sociales mismas, o bien en campos como la política o el mundo laboral (por ejemplo, el 90% de los ingenieros son hombres y el 90% de las enfermeras son mujeres).

Ante esta diferenciación cerebral, también surgen extremos de ambos tipos: el extremamente masculino, identificado con el autismo, y el femenino, caracterizado por una preocupación social excesiva, en la cual todo gira entorno de la autoimagen del sujeto, por un miedo irracional a lo que puedan creer los demás de la persona en cuestión. El ejemplo más ilustrativo serían los trastornos alimentarios, que predominan de forma aplastante en mujeres que no en hombres.

Francamente, la industria de la moda, de la cosmética y de la dietética propone a su público femenino remedios a sus problemas de belleza, que a veces pueden ser efectivos o no; o bien su publicidad excesiva o una mala gestión de la información de ésta puede llevar a que, las mujeres, tengan una mayor preocupación social ante lo que puedan decir los demás y/o, quizá, a instaurar nuevas costumbres que quizá muchas no cumplen y que las "marginen" en los círculos sociales. Por lo tanto, sus niveles de autoestima bajarán y, por consiguiente, son más propensas a desarrollar un cerebro extremamente femenino.

Así entonces, ¿a la industria de la moda le interesa que cada vez haya más mujeres con un cerebro extremamente femenino?

Webgrafía/enlaces de interés

http://www.eduardpunset.es/428/charlas-con/el-cerebro-tiene-sexo
http://www.terceracultura.net/tc/?p=5689#

Los niños, gran objetivo publicitario

Ayer mismo estaba paseando por Barcelona cuando, yendo con mi hermano pequeño (de unos diez años), encontramos uno de esos vendedores que aprovechan el éxito turístico de la ciudad condal para vender artículos de poca utilidad (popularmente conocidos como chorradas) a los turistas, normalmente ruidosos y con ideas poco serias sobre el modus vivendi de los barceloneses y, generalmente, de los españoles. Así es que aparece el vendedor espontáneamente, con una especie de aparato pequeño de goma que se mete en la boca y te hace tener voz de pito, como si de un pato de baño se tratase. Se dirige al niño que, sin ninguna duda y posiblemente convencido de la poca magnitud del asunto, coge el aparato de plástico que le ofrecía en la palma de la mano. Entonces el hombre, con las zarzas echadas en la presa y convencido de su estrategia, empezó a pedir insistentemente el euro que costaba el inútil aparato a los padres y a su hermana. El niño, incrédulo ante el elevado precio de ese simple trozo de plástico, se lo devolvió y se lo puso en su mano, convencido.

Los niños son un gran objetivo y un blanco fácil para la publicidad, porque son sensibles y manejables. Un gran ejemplo es la estrategia publicitaria que llevó a cabo el publicista de McDonald's Dick Brams, que decidió crear un menú infantil con un juguete que podría variar según la temporada, y que ha llevado a la compañía a ganar grandes cantidades de dinero a nivel internacional fruto de la insistencia y la pesadez de los niños a sus padres para conseguir ese menú solamente por el juguete.