No es sólo
una reflexión personal: es un enfoque sociológico, a la vez que psicológico.
¿Por qué
cada día nos encontramos en nuestras vidas personas que constantemente dicen
ser víctimas? ¿Por qué siempre nos encontramos que alguien rápidamente quiere
ganarse el puesto de víctima ante un conflicto? ¿Por qué alguien por sí mismo
puede llegar a inventar otra realidad a partir de ser de víctima?
El
victimismo se define como "la actitud de la persona que se considera
habitualmente dañada o perjudicada en algo". Una
víctima es alguien que ha recibido una agresión, sea de la naturaleza que sea.
Eso implica que alguien ha tenido un comportamiento considerado indecente hacia
ella, con lo cual no cabe duda que ese alguien tenga una dudosa moral o bien que
haya obrado con el mal. Esto conlleva de por sí que la víctima es la
dañada, la "débil", que no ha tenido más remedio que asentir y que no
se ha podido defender. Y a partir de aquí, es indudable que la persona en
cuestión haya mentido, es más, no se le puede atribuir casi ninguna mala
cualidad.
Por eso mismo, en un mundo de buenos y malos, según las mentes más
simplistas y poco reflexivas, se produce lo siguiente, aunque no necesariamente por este orden:
A. APROPIACIÓN DEL PODER DE LAS DEFINICIONES
Es triste, pero es así: cuando alguien se apropia de la definición de lo
que es bueno y de lo que es malo, ya lo tiene todo ganado. Y así se hace
cuando alguien se reivindica como víctima: a partir de la elaboración de
razonamientos aparentemente lógicos, confirmará aún más su puesto porque, como
el supuesto agresor es el "malo", ésta por fuerza tiene que ser la
"buena".
Así pues, la bondad se personifica en la víctima y no pueden caber en
ella ni hechos ni características, por ende, negativas.
B. PROYECCIÓN VICTIMISTA HACIA LA SOCIEDAD
Una vez la persona victimizada se reivindica como la afectada y, por lo
tanto, la buena de la historia, produce efectos en la sociedad, sobre todo en
la ética. Desde luego, una persona cualquiera, por temor a lo que puedan pensar
de los demás, le dará la razón e incluso la reivindicará como tal,
contribuyendo cada vez más a este, falso o no, "papel".
C. PURGA DE ARGUMENTOS EN CONTRA Y CALIFICACIÓN DE ENEMIGOS
Una vez la víctima victimizada tiene los apoyos morales lo
suficientemente numerosos o fuertes, ve reforzada su posición de la definición
del bien o el mal. A falta de argumentos propios, se apropiará de los que les
ha dado la otra gente, o bien puede llegárselos a inventar, o bien llegar a
exagerar lo que ha dicho, entre otras cosas.
Los argumentos que se puedan dar en contra, incluso hechos de buena fe,
reales o sustentados en hechos y verdades empíricos, automáticamente se
rechazarán, porque "no son éticos", incluso se pueden calificar de
cínicos. Esto, por ende, conlleva que las personas disconformes o que sinceramente
no quieran intervenir a favor o en contra de la persona victimizada, sean
calificadas de enemigas. Las personas enemigas, según la realidad de la persona
victimista, se incluirán en un mismo grupo o género, produciendo una
estigmatización que desacreditará, de nuevo, esta serie de sujetos; y producirá
una respuesta automática del resto de la sociedad, incluso negar a nivel
individual la existencia de defectos en la persona victimizada, o bien a negar
su propio pensamiento, por lo que los demás puedan decir.
Incluso puede llegar el momento en el que el victimista está llegando a
cometer atrocidades y los demás presentan complicidad, justificándolo con su
"pasado convulso", "porque tan sólo sufre secuelas de lo que ha
vivido".
¿Os imagináis el caso de que se supiera que, una mujer que dice ser víctima de violencia de género, habría golpeado mientras tanto a su marido, atraparlo
psicológicamente e incluso agredir verbalmente a sus hijos, bajo el amparo de
que "está sufriendo sólo secuelas"?
¿No es sumamente retorcido, cínico e hipócrita? Hay más de una víctima,
incluso esta víctima duplica o triplica el daño cometido, pero bajo el amparo de la
victimización, escasas veces se reconocerán las otras víctimas y aún menos las
secuelas que hayan podido sufrir, aunque sean peores de las que haya vivido ella
misma.
Quizá a partir de este planteamiento algunos podrían empezar a pensar,
pero entonces se arriesgan a la:
D. REPRESIÓN HACIA LOS QUE APOYAN AL SUJETO VICTIMISTA
Indirectamente, el victimista está ejerciendo una represión a los que le
rodean, obligándoles a cambiar su pensamiento, a pesar de que no se den cuenta.
Una vez los sujetos empiezan a dudar, el victimista puede incluir a la
categoría global de "enemigos" aquél que no piense después como ésta.
O bien el victimista puede empezar a exigir una serie de comportamientos a los
otros que han mostrado alguna vez su apoyo, bajo el amparo de que "es una
persona necesitada" y que, si no actúa a tenor de la víctima, podría
elevarse al sujeto a la categoría del enemigo, incluso del agresor.
El victimista empieza a exigir de los demás responsabilidad de los
propios actos, a pedir la realización de conductas tan elementales que
correspondrían normalmente a sí misma (por ejemplo, ir a hacerse un DNI). Si no
lo realizan como el victimista quisiera, entonces el sujeto se ve sumergido a
una ola de críticas por su "mala moral", e incluso a amenazar a los
demás que lo apoyan de que dejarán de hablarle, o que harán juicios negativos
sobre su persona. Si el victimista no consigue sus objetivos, el sujeto pasará
a ser uno más de sus enemigos. O blanco o negro.
E. REPRESIÓN DE LOS QUE APOYAN AL SUJETO VICTIMISTA A LOS QUE NO LO
APOYAN
Uno de los efectos colaterales del victimismo es que el doblegamiento de
la razón es tan grave que, como fanáticos, las personas que ayudan al
victimista actúan por ella ejerciendo el papel represor hacia los demás,
convirtiéndose en una auténtica policía del pensamiento.
¿SUJETOS REALMENTE INTELIGENTES?
Algunos pensarán que los victimistas son personas realmente inteligentes
para producir estos efectos, ya que pueden generar una auténtica manipulación
de masas, ya sea a nivel social o en un grupo de amigos.
Realmente son muy débiles psicológicamente, porque son realmente
dependientes emocionalmente a los demás, y que tan sólo viven para mantener un
cierto estatus a partir de su victimización. Con una capacidad argumentativa de una mosca, repitiendo falaciosamente lo mismo para justificar sus actos y reivindicar su estatus de victimista.
Alguien que cree estar en razón no hará estas maniobras, ni se hará la
víctima para que los demás lo reconozcan como tal.
Pura manipulación emocional.
Tienen una fortaleza personal pésima, incapaz de tirar adelante y de no
ejercer nada más que no esté vinculado al amparo de la victimización.
Pero aún así, los demás consienten la victimización.
¿Es que no está pasando lo mismo con Israel que, bajo el argumento de
que el pueblo judío fue duramente reprimido, está cometiendo un auténtico
genocidio contra Palestina?
¿Es que no pasa lo mismo con los Estados Unidos, que atentan cada día
contra los Derechos Fundamentales de sus ciudadanos y de los civiles de los
países que atacan porque "en su momento atentaron contra su país en sede
del 11-S" o "en nombre de la democracia"?
EN RESUMEN
Porque, haciendo un copy-paste de una
fuente de Internet no confirmada, pero que puede servir de utilidad, una
persona victimista o colectivo victimista:
1- Culpabiliza a los demás en nombre del vínculo familiar, de la
amistad, del amor, de la conciencia profesional, etc...
2- Traslada su responsabilidad a los demás o se desentiende de sus
propias responsabilidades.
3- Invoca razones lógicas para enmascarar sus demandas.
4- Pone en duda las cualidades, la competencia y la personalidad de los
demás; critica sin parecer que lo hace, desvaloriza y juzga.
5 -Siembra cizaña y suscita sospechas, divide para reinar mejor.
6- Sabe hacerse la víctima para que se le compadezca (enfermedad
exagerada, entorno "dificil", sobrecarga de trabajo, etc...) .
7- Utiliza los principios morales de los demás para satisfacer sus
necesidades (nociones de humanidad, caridad, racismo, "buena" o
"mala" madre, etc...)
8- Amenaza de forma encubierta o hace un chantaje abierto.
9- Miente
10- Falsea los hechos para averiguar la verdad , deforma e interpreta.
11- Es egocéntrico
12- No soporta la crítica y niega la evidencia
13- No tiene en cuenta los derechos , las necesidades y los deseos de
los demás.
14- Su discurso parece lógico o coherente, cuando sus actitudes, sus
actos o su forma de vivir responden al esquema opuesto.
15- Produce un estado de malestar o una sensación de falta de libertad
(trampa).
16- Es absolutamente eficaz para lograr sus propios fines, pero a costa
de los demás.
El constante victimismo incluso se relaciona con trastornos paranoides.
¿Y tú, eres victimista? ¿O eres esclavo de un victimista?
¿Eres de una mente simplista o una mente reflexiva, que no deja llevarse
de nada ni por nadie?
Desde luego da mucho, mucho que pensar.
Algunos estarán muertos de rabia por este artículo, porque no es "progre" o "ético".
Pero es la pura verdad vista desde fuera.
Algunos niegan que detrás de las ovejas puedan haber auténticos lobos.
Otros lo saben y no se atreven a decirlo.