Writing cure: julio 2011

lunes, 4 de julio de 2011

El poder de la palabra (o el de la exageración). Segunda edición

La curiosidad humana es una característica muy buena y muy bien valorada, ya que muestra un gran interés por el saber y por lo que ocurre en el mundo. Nos gusta sentirnos informados, saber qué ocurre, como funcionan las cosas o como se originan otras.

Sin embargo, esta virtud se puede confundir por un defecto, a veces perjudicial si este es excesivo. A este se le llama cotilleo. Consiste en el interés, normalmente excesivo por el conocimiento de la vida de los demás, en el cual las intimidades de los individuos son expuestas al público y a veces con un carácter bastante diferenciado y exagerado respecto al concepto real.

Un claro ejemplo son las revistas del corazón, que a veces protagonizan un papel realmente acosador sobre la vida de la gente famosa o popular: cual parásitos, los "periodistas" tan sólo viven de los demás, de lo que hace este o de lo que hace el otro. La prensa rosa es capaz de transformar cualquier tontería en una cosa de gran importancia, y de captar así los cinco sentidos de las personas hacia esas noticias, sobretodo gente de bajo nivel cultural y social.

Tampoco las revistas del corazón son las únicas grandes fábricas de "mentiras" o de "exageraciones"; cualquiera puede hacerlo, y a veces, por ejemplo, llegar a destrozarte la vida. Podemos llegar a evitarlo, pero nunca puedes controlar lo que uno dice o no dice de tí. 

Pero, ¿por qué nos tiene que importar lo que digan los demás si normalmente no se corresponde con la realidad? Ya sabéis, la verdad siempre se acaba sabiendo. Por lo tanto, siempre aférrate a ella.