Writing cure

martes, 25 de agosto de 2015

AVISO A LOS LECTORES

Este blog cerrará definitivamente a finales de septiembre.

Nos hemos instalado en la plataforma WordPress para mejorar la experiencia del lector y de los administradores.

A partir de ahora se publicarán entradas a la web http://writingcurees.wordpress.com y hasta el momento quedará inoperativo.

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sábado, 22 de agosto de 2015

Bernini, el tiempo y una dulce verdad



En Roma se encuentran muchos sorpresas. Es un lugar prodigioso para los humanistas, para los que se emocionan con el arte, los que buscan el significado a todas las obras pictóricas y escultóricas y para los que el arte es un medio perfecto para expresarse. 

Me hallaba yo, perdida entre tantas iglesias, entre tanto oro en el Vaticano, entre tantos y tantos  espejismos dados por el calor en pleno agosto, que me encontré con ese grupo escultórico del que no tenía noticia dentro de la Galleria Borghese, ubicada en la zona alta de Roma. La entrada valió la pena: en ella se albergaba la mayor colección de las obras de Bernini, el escultor oficial del Vaticano durante el papado de Inocencio X. Sus pliegues característicos y el retrato perfecto del movimiento en el David. El recuerdo de la Guerra de Troya con Eneas y Anquises. La transformación mitológica de Apolo y Dafne y su perfección a la hora de limar y pulir el mármol detalle a detalle. 

Nunca la terminó, ni fue un encargo de nadie. Era un retrato íntimo, intimísimo, dado que el Papa había muerto y, con su sustitución, lo prefirieron a Borromini antes que a él. Un momento de crisis, crisis por la que se caracteriza el Barroco, corriente artístico en el que él se hallaba y, a su vez, en su contexto personal. 

La verdad revelada por el tiempo (La Verità en italiano) es una alegoría sobre que la verdad, a la larga, acaba saliendo, con toda su belleza y bondad, sentada ante la Tierra y dominando todo el mundo conocido. Por ello, la representa como una mujer con los cánones de belleza del momento, denotando una gran fertilidad; riendo y siendo destapada por el tiempo, que a su vez es el tiempo que se lleva por delante ese mantel. El mantel que la cubre, el engaño, la ignorancia y el desconocimiento de ella, se releva cuando el viento de la verdad llega y destapa toda su grandiosidad y belleza. Como siempre, Bernini es fiel a sus pliegues y a su absoluta fidelidad al retrato de emociones y del viento, como se podía observar en el Éxtasis de Santa Teresa. 


La descripción, escrita en latín, retrataba su situación personal, que a su vez era una muestra más de soberanía del artista sobre sus medios para conseguir sus obras. 

Simulacrum veritatis tempore detegendae.

martes, 17 de marzo de 2015

La dictadura de los débiles

Ya es sabido, como muchísimas veces he podido observar y muy poquitas escribir, que el mundo justo es el contrario que debería de ser, o al menos al revés de lo que nos han hecho entender. Algunas veces observo a aquéllos que se conocen como los "ganadores", los "superiores" en general, es decir, aquéllos en los que nuestra psique identifica como a alguien que está por encima de nosotros, aceptando nuestra bajeza como algo natural, que debe de aceptarse. Sino, podemos fijarnos en lo bien que les ha ido a tantos gobernantes y dictadores durante la Historia de la humanidad que, con un perfecto dominio de la moral y de la información, ejercieron un auténtico lavado de cerebro a la población para aceptar que ésta era súbdita de alguien aparentemente impuesto.

Pero hagamos un breve ejercicio mental. Fijémonos en el Generalísimo Francisco Franco:


Y ahora despójalo de todos los títulos militares y políticos que se le atribuyeron, y vístelo con unos tejanos y una simple camisa, escuchando de fondo y de forma repetitiva su voz aflautada, y fíjate en su bajeza mental y emocional. Nos vamos a encontrar con un ser inútil, de baja estatura por ser militar, y muy posiblemente con una carencia de autoestima lo suficientemente fuerte como para que se viera obligado psicológicamente a fusilar a cualquier ser semoviente con un pensamiento distinto. Muy posiblemente fuera lo que hoy llamaríamos un inadaptado social en el Ejército, principalmente por su físico y su voz extremadamente aflautada, su personalidad más que deformada psicológicamente y su ignorancia llevada al extremo. 

Este es un claro ejemplo de lo que pasa hoy en día: los grandes inadaptados de la sociedad son los que consiguen, por medio de sus propias venganzas personales, alzarse en los puestos de poder y desde estos ejercer el mal más absoluto, revertiendo totalmente este ciclo, dado que se adueñan del poder de la moral y de la definición del bien y el mal, marcando pues lo que se considera socialmente adaptado y lo que no.

EL MITO DE LA ADAPTACIÓN SOCIAL

¿Qué nos viene a la cabeza cuando hablamos de "adaptación social"? 

Nos vienen a la cabeza nuestros parajes en el instituto, cuando por no llevar una camiseta de marca nos consideraban excluidos socialmente, o cuando no queríamos seguir gilipolleces indignas por parte de los demás, como grabar a alguien haciendo el ridículo en estado de embriaguez o bien perder la dignidad cada noche de sábado.  Es el problema de miles de jóvenes de hoy en día que, para suplir una carencia emocional más que evidente, se emborrachan en las fiestas de Barcelona en Plaza España hasta el borde del coma etílico, dejando su salud y su autoestima por el suelo, en virtud de gustar a una serie de individuos de la misma especie, que a su vez buscan solventar de una vez por todas su evidente incapacidad social.

Pero no sólo pasa en los institutos: también pasa en las oficinas o incluso en las Universidades, donde se ha construido el mito, muy posiblemente de influencia americana, en las que la época universitaria se dedica a la diversión, mientras que debería destinarse principalmente a construirse a uno mismo y encaminarse seriamente hacia el saber que nos conducirá a ser alguien el día de mañana. 

El problema reside en que estos individuos, sin ningún respeto hacia los demás y un constante egotismo, son extremadamente tendientes al chisme constante y a la humillación del seguro de sí mismo, por tal de autorrealizarse y ganar salvajemente un puesto en un contexto social. Tan sólo hace falta fijarse en la política, donde seres totalmente incapaces tanto en lo psicológico como en lo intelectual se alzan en los puestos de poder a base del enchufismo, el tráfico de influencias y el peloteo mutuo, pues con este busca suplir las deficiencias psicológicas de los más miembros.

En conclusión: nos encontramos con seres que se doblegan hasta el punto de la deformidad psicológica, haciendo el ridículo en las redes sociales, y que están cual GPS buscando seres con los que compartir su bajeza psicológica aceptada y sus complejos más que exagerados. 

Porque si fuéramos seres libres, democráticos y tolerantes, con unos valores más o menos homogéneos, muy posiblemente no harían falta normas tribales o cumplir con la rebaja constante de la dignidad tan sólo por ser aceptados en un triste grupo; y bastaría además con saber convivir con nosotros mismos en soledad para aprender a aceptar al diferente, o saber reivindicarnos como nosotros mismos en situaciones problemáticas de la vida. La verdadera adaptación social es tener la fortaleza interior suficiente para asumir unos principios válidos para todos, a partir de la cual uno se ve perfectamente capacitado para relacionarse con seres diferentes pero iguales a él. Y muchos no la tienen, dado que esta fortaleza debe trabajarse. 

MORAL DE REBAÑO

Y aquí es dónde empieza lo que denomino, en palabras mías, la venganza de los débiles.

Todo ser indigno tiene que recomponer su imagen, dado que ya da por aceptada su bajeza y su inferioridad como algo natural. Entonces se recurre a la solución fácil, la que carece de menos madurez emocional, y es a la de doblegarse a la moral de seres psicológicamente iguales que se enmascaran bajo una fortaleza totalmente abstracta, e incluso indigna hacia los ojos ciegos de la gente. Esta moral de rebaño hace que automáticamente nos rindamos a seres que aparentemente son superiores a nosotros, dando lugar a consecuencias catastróficas a escala global, o en un contexto más privado, culminando en casos de bullying, muy frecuentes hoy en día. 

Esta moral de rebaño, completamente superficial, sin necesidad material alguna y fruto de sentimientos tan profundos como el resentimiento o el rencor, es el baremo sobre el cual uno se considera adaptado o no. Desfiles de Victoria's Secret y chicas que resuelven sus complejos recurriendo a la bulimia; niñatos de catorce años que son adictos a la marihuana sólo para contentar a sus amigos, o incluso adultos que necesitan presumir constantemente de tener un número X de amistades, colgando incansablemente su vida social en Instagram, haciendo el vacío a otros para autorrealizarse o para alcanzar un rol de poder en un simple y triste grupo de amigos.

SOCIEDAD Y TABÚ

Pero la venganza de los débiles no culmina aquí, dado que la moral de rebaño no sirve para nada si no se establecen ciertos tabués. Me explico. 

Además de que uno se califique de inadaptado social, se tienen que asegurar unos mecanismos fijos para que éste no pueda reivindicar o tomarse la justicia por su mano, es decir, se tiene que impedir intrínsecamente que este individuo salga de la cáscara de las normas sociales, ya que sino a estos inadaptados sociales a los que llamamos superiores (y que ahora mismo están, por ejemplo, dirigiendo los bancos donde tenemos nuestros ahorros) se les acaba el paraíso, dado que no es más que un castillo construido sobre las nubes. 

Si nos fijamos en las leyes, y sobre todo en materia de seguridad ciudadana, veremos recogida la expresión "alteración del orden público". Con esta categoría tan generalizada, se puede manejar el orden público a conveniencia del que pone las normas de la moral, esta vez por medio de los medios de comunicación y su selección más que evidente ante lo que se considera un liante (véase el Pequeño Nicolás) o un violento. 

Pues ahora esto, a escala social, se tapa con la filosofía del buenrollismo. Con esto, nos vamos a encontrar muchas personas impedidas para expresar francamente lo que piensan o defenderse en público, por miedo a que pueda romper una harmonía puramente formal, porque como a muchos les habrá pasado se han encontrado con traiciones, chismorreos varios o vacíos hechos a otras personas, muy posiblemente en base a la bajeza emocional y el temor a alguien seguro de sí mismo. De este modo, el que exprese libremente lo que piensa, el que quiera enfrentar directamente y públicamente una controversia ante una injusticia más que evidente, será directamente tachado de problemático, dado que habrá roto, aunque sea temporalmente, este buen rollo puramente de anuncio de pasta de dientes.

Estoy harta de encontrarme cartelitos y postureo de todo tipo, libretas con mensajes buenrollistas (que incluso yo he llevado, he de admitirlo) con las que sólo por esta maldita estampa te cobran quince euros de más; y sobre todo frases de filosofía quinceañera o del corte de Paulo Coelho, con las que vamos explicitando cada vez más nuestra bajeza emocional, cubriéndola con frases estúpidas y demás, con el afán de mostrar al exterior que no somos carentes de fuerza emocional.




EL ENEMIGO

Pero hay alguien que puede deshacer o entorpecer estos maquiavélicos planes.

Es el caso del que ignora estas normas impuestas y no deja que ni su pensamiento ni su moral se doblegue ante este fenómeno, y el que denuncia las injusticias ante los demás, y parar de una vez por todas que las personas con una incapacidad emocional más que evidente se alcen en los roles de poder.

Porque sin lugar a dudas, son este tipo de personas, tan admirables, que poseen unos valores de fortaleza y de amabilidad, las que realmente son beneficiosas para la sociedad, muy desafortunadamente siendo objetos de burlas constantes. Personas que, sin lugar a dudas, podrían ser los médicos que salvan a tus hijos, o que estarían dispuestas a morir por un ideal que realmente valiera la pena, o a sacrificarse para su carrera académica constantemente, sin ánimos de peloteo y superando cada obstáculo que se encuentra por el camino. 



Y a este tipo de personas se le ha calificado de "enemigos", personas con carácter y seguras de sí mismas, que saben lo que quieren y cómo conseguirlo. Normalmente, hemos relacionado a alguien que tiene un carácter fuerte como una persona problemática, extremadamente manipuladora y violenta, hasta tal punto de llegar a quedarse sólo; mientras el "carácter fuerte" es una seña de identidad, una fortaleza que se tiene para no dejar la dignidad aparcada a un lado, para defender lo que es propio. Cuando es justamente al revés: las personas deficientes socialmente son las más manipuladoras, rencorosas y las que acuden más a la violencia (sobre todo emocional) para lograr sus fines.

Y glorificando a estos seres, así nos va.  

domingo, 8 de marzo de 2015

Senectud

Abro un viejo armario y entra por mis fosas nasales un aire cargado de nostalgia. Mis sentidos no hacen gran esfuerzo para adivinar de qué se trata. Es un recuerdo, que de nuevo me invade en una estampa de nostalgia y de un paseo de los lugares más recónditos de mi niñez.

martes, 3 de marzo de 2015

Parecía que fuera ayer - Especial 5000 visitas y 100 artículos

Parecía que fuera ayer.

Fue hace poco cuando, en mis quince años casi cumplidos, empecé a manejar en mis manos los primeros artículos de Pérez Reverte. Hacía relativamente poco que me había leído una saga de libros estrictamente comercial, llena de clichés y de amores adolescentes, pero el hábito de la lectura me empujó a leer aún más.