Writing cure: Perdónalos, no saben lo que se hacen

sábado, 18 de octubre de 2014

Perdónalos, no saben lo que se hacen

Una habitación de Fermat
 me coge, 
me atrapa en un bucle sin sentido, 
amenaza en aplastarme y encerrarme.

Los lobos aúllan y susurran en la lejanía. 

Como un Salomón decidido, 
los superhéroes de sirenas y escopetas, 
la loba sacaba sus dientes. 
Gritaba y aullaba.
Carne emocional quería.

Moriré como Juana de Arco,
si es que no morí hace años;
palabras y maquinaciones insidiosas,
gramática que navega por las vísceras
y no por las cabezas. 

Si es que existe un Dios,
no le pido salvación. 
Les pido que les perdone:
no saben lo que se hacen.

Los lobos aúllan y susurran en la lejanía. 

Delfines que me traicionan
después de difíciles andaduras,
con dolor en los pies, 
gritando en silencio. 

Los lobos aúllan y susurran en la lejanía. 

En el fuego recordaré los besos de Judas,
las batallas que afronté y nunca expliqué,
los caminos de justicia, igualdad e libertad, 
explicadas por falsos historiadores. 

Recordaré aquellas veces
que luchaba con piedras
mientras tiraban bombas, 
entre la complicidad de grandes dictadores. 

Y moriré.
Como cementerio de elefantes, 
moriré en la lejanía, 
entre susurros y aullidos,
entre llamas por prejuicios. 

Moriré como Juana de Arco.