Writing cure: Me gustaría olvidar la condena diaria

martes, 10 de abril de 2012

Me gustaría olvidar la condena diaria

Me gustaría olvidar aquello de despertarme a las seis,
comer a las siete,
coger la maleta y buscar el tren antes que no lo pierde.

Entonces llego a las siete menos veinte,
observo bellos pasajes verdes,
que por muy bellos que fuesen,
de la condena diaria no podría librarme.

No sabes lo vacías que son las grises paredes,
y aún más cuando es día de tormenta,
recordando tu aroma, lo único que de tí me queda
pasando las horas en triste melancolía.

Fantasmas pasan por mi lado,
pero con ninguno de ellos me siento identificado.
La añoranza me invade, la distancia me aterroriza,
y con la llegada del lunes la felicidad se finiquita.

¿Por qué el tiempo debe de ser tan fugaz?
¡Tan larga es la espera, tan corto es el disfrutar!
Las fechas del calendario se pasan:
más lento los días de condena, más rápido el fin de semana.

Y no sabes lo que son las tardes largas en la habitación,
lo que en pocos días es nuestro rincón,
con una nube de recuerdos, de palabras, de ideas, de hechos
que tan sólo conocemos tú y yo.

Después me acurruco en la cama,
donde descanso en cuerpo, no en alma;
mientras esta viaja a un mundo de recuerdos,
en que días y horas serían infinitos.