unas quinientas tuyas y unas quinientas mías,
si una vieja amistad recuperase,
y con ella viejas risas.
Una risa, mil lágrimas.
Muchas veces reí, y de la misma risa lloré;
pero luego no sabía lo que iba a suceder;
porque de tu dolor con el entretenimiento me olvidé
De una risa, mil lágrimas.
¿Cómo puedo recuperar una amistad vieja,
que te causó tanto miedo y celosía,
y que a la vez con ello tu desconfianza me ganaría?
De una risa, mil lágrimas.
Recuerdo el dolor que sufriste,
recuerdo el dolor que te causé;
y con ello el dolor que yo experimenté;
cuando al verte llorando, mi conciencia desperté.
De una risa, mil lágrimas.
Porque tu amor es lo mejor que me podría haber pasado,
y este amor la felicidad eterna me ha asegurado,
y por ninguna cosa me arriesgaría a arriesgarlo,
por unas risas, que pueden acabar en miles de lágrimas.
De una risa, mil lágrimas.