Writing cure: Pequeños gladiadores

domingo, 4 de enero de 2015

Pequeños gladiadores

Niñez y adolescencia
momentos de decepción e inocencia
camino lento a la senectud
a la adultez, a la amargura del que cree y no ve.

Adiós ilusión, adiós esperanza
adiós a aquélla niña ilusa,
miles de esperanzas muertas en batallas,
batallas de guerras impropias,
de distintos dioses, distintos dictadores
niños que de la noche al día fueron gladiadores.

Zapatos sucios, la ropa rota
polvo enredado en el pelo y en las botas,
llantos en una noche, un grito infantil
no son culpables de este juego tan pueril.

Niños abandonados y olvidados
banalizan su sufrimiento y su denuncia,
una niña se convierte en mujer
adulta para crecer y poderse defender
de una tradición insana
tradición de traiciones
de algunos que comentan y que ignoran
las miles de lágrimas, los lagos de los que sufren
ante el televisor ríen y lo discuten.

Y gritan, y opinan, y juzgan
sin ponerse sus zapatos,
sin notar la piedra
sin notar la herida que se abre en su cabeza
el sufrimiento por el prejuicio y la incerteza,
que un niño no tiene razón sin haber logrado crecer
bandos que se odian sin que nadie lo logre entender. 

Gladiadores de piedra que perecen,
gritan para su supervivencia
mientras lloran, cuando no hay sol,
cuando nadie les escucha ni les da amor.