El juego de perspectivas y el paralelismo de los personajes ocupa gran parte de la novela, hasta el punto que sus caminos se entrecruzan, es vital para entender el desarrollo personal de los protagonistas, que les marcará el resto de su vida y, en última instancia, su especial relación-amistad: son pocas las veces en que el amor interiorizado se manifiesta con el contacto físico. Pero no es esta la única lectura que se hace de la novela: la historia transmite para el lector más sentimental y con más facilidad para identificarse una reflexión sobre la soledad, el dolor que acompaña y por qué es causada, sobretodo por hechos ocurridos en la infancia. Esto culmina en el final de la novela que refleja la imposibilidad de los amantes de estar juntos, dado su aislamiento personal, aunque se identifiquen totalmente: Mattia, con su afición matemática, describe a Alice y a él como "dos números primos", una metáfora de estos ya que tan sólo pueden dividirse por uno y por ellos mismos, pero siempre están separados por un número, como ahora el 1 y el 3, el 17 y el 19...
Así entonces la novela, de fácil lectura y no de mucha extensión (unas 300 páginas), otorga al lector más solitario y más sentimental una reflexión sobre la soledad que, a más de uno, le ha causado un mar de lágrimas.