Writing cure: Inocencia musical

martes, 13 de noviembre de 2012

Inocencia musical

Las tardes son siempre normales. Te pones música para estudiar, esa canción nueva para tí, que te ha hecho gracia, que la has escuchado varias veces bailando por la habitación, limpiando, leyendo, contemplando el paisaje. Tiene un ritmo alegre. Pero una letra algo sospechosa. Ignoras tu intuición. Sigues con la reproducción de la pieza musical.

Pero llega un momento, el momento culminante, ese instante en que las neuronas se relacionan entre ellas y llegan a una conclusión. La canción que te pasó no es nada más que una inocente referencia a un pasado suyo que prefieres no recordar, no pensar en él. Que te molesta, que te irrita, que se te pega en la cabeza cual parásito en la piel, como sudor incrustada en los poros. Que intentas sacártela de todos modos, la ignoras; y si lo consigues, vuelve a aparecer de todos modos, en cualquier momento. Son dos o tres palabras de la canción que te arremeten a un escenario montado por tu mente siguiendo el guión de lo que te había explicado anteriormente.

Sé perfectamente que entonces despreciaba los amores pasajeros, que recurría a las drogas legales dada su cobardía, su desesperación interior personal. ¿Y si yo realmente fuese una más de estas historias? ¿Sería capaz de volver a caer en ellas a pesar de estar conmigo, con la barata excusa de usar el veneno de la cobardía y del pacto social? Y ahora indirectamente esa canción me llevaba a esa cruel realidad paralela, a ese flashback que rompía mi harmonía diaria. Porque a veces recuerdos del pasado que habíamos enterrado abren su ataúd de forma desesperada, te invaden tu presente y te atrapan como un bucle infinito.